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Casas terreras de Tomas Miller

Pudiera pensarse que los únicos patrimonios merecedores de ser conservados son los patrimonios monumentales, institucionales, religiosos… pero ya hemos visto que eso no es así y hemos hablado aquí de otros patrimonios igualmente necesarios de conservar, como el patrimonio industrial y el civil.

Es el patrimonio civil el que nos habla de la vida real y habitual de los habitantes de la ciudad en el pasado. Y, como nada refleja mejor la vida de las personas que las casas donde viven, hablaremos hoy de las casas terreras.

Quizá sean el tipo de construcción más típica de Canarias y podemos ver ejemplos en casi todos los barrios de la ciudad con cierta antigüedad. Muchas están en estado de abandono y es habitual ver desaparecer alguna de vez en cuando, siendo sustituida por alguna nueva construcción moderna con más alturas.

Son casas de carácter familiar, en solares rectangulares con medianeras (muros que separan un solar de otro) y muros de carga para la separación de las habitaciones. Estas habitaciones estaban distribuidas alrededor de un patio que sirve de ventilación y de entrada de luz. Techos altos, que permiten una ventilación adecuada en la cercanía al mar. Generalmente estaban construidas en una planta, aunque según las necesidades y la economía de la familia se construyen de dos y en ocasiones tres plantas.

Coronada siempre por una azotea, su ornamentación se solía limitar a la fachada, y a la decoración de los huecos en la misma, normalmente tres (dos ventanas y una puerta), aunque hay variaciones de dos huecos para casas más modestas y de cuatro o más para casas más pudientes.

También característico de este tipo de casas es su variedad cromática. Dicen que los pescadores pintaban su casa de un color diferente para poder identificarla desde la costa. También que se pintaba con la pintura que sobraba de pintar el barco. En cualquier caso la variedad de colores de las casas proporcionaba a la ciudad una imagen propia que todavía hoy se sigue manteniendo, con más o menos acierto.

Los mejores arquitectos de Las Palmas de todas las épocas realizaron proyectos de casas terreras, tales como: Laureano Arroyo, Fernando Navarro, Eduardo Laforet y Miguel Martín. El estilo solía ser ecléctico historicista, si bien podemos ver ejemplos de fachadas tradicionales en Vegueta, modernistas y academicistas en Triana, y con elementos Art Decó en Alcaravaneras. En este ultimo barrio por ejemplo fue habitual que grandes propietarios se hicieran con terrenos que abarcaban varias manzanas y construyeran varias casas terreras de una planta para alquilar a familias, razón por la que hay tantas casas parecidas.

Las casas que les traemos hoy están en los números pares del comienzo de la calle Tomás Miller. Este «Conjunto de casas de planta alta», tal y como se recoge en el catálogo municipal de protección, se construyeron entre 1910 y 1920, destacan por sus decoraciones en las líneas del zócalo, imposta y cornisa. Están protegidas las fachadas

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